Una de las primeras cosas que aprendemos en estas lecciones es a creer que el Señor Jesús es el único que nos puede ayudar en nuestras situaciones de vida. Aprendemos la obediencia a la palabra de Dios. La importancia de la llenura del Espíritu Santo y el bautismo en el nombre de Jesús.
Cuan importante es Dios para nosotros, cuan fundamental es la familia. Cuan significativo es el varón de Dios en la iglesia, y en nuestras vidas. La importancia de la iglesia para toda persona, en que puede la iglesia ayudarnos; y entender los dones que vienen de parte de la misma presencia de Dios, diferencia de tener un talento y don. También todos tenemos un enemigo, es nuestro adversario en nuestra vida espiritual que todos los días luchamos. Hablamos sobre las pruebas en la vida del cristiano, los frutos que produce el espíritu.
Al madurar en nuestra fe, aprendemos a reflejar los frutos del Espíritu en cada aspecto de nuestras vidas. Este proceso implica profundizar en nuestro entendimiento y aplicación de la Palabra, viviendo cada día con mayor semejanza a Cristo. Nos esforzamos por ser ejemplos de paciencia, bondad y control propio, mostrando integridad y madurez espiritual en nuestras relaciones y decisiones.
Multiplicar.
La multiplicación es el reflejo de una fe activa y en crecimiento. Nos centramos en compartir el evangelio con otros, enseñando y discipulando a nuevas generaciones para que también ellos puedan crecer y madurar en su relación con Dios. A través de nuestras acciones y palabras, buscamos expandir la familia de la fe, contribuyendo al crecimiento de la iglesia y al avance del Reino de Dios en el mundo.